El 20 de Mayo de 1993, Bandai, en plena época dorada de Dragon Ball, sorprendía a los japoneses con un impresionante juego de lucha con los personajes de Toriyama como protagonistas -hasta el momento los juegos basados en la franquicia habían tirado más hacía la estrategia/rol-. Era el nacimiento del impresionante Dragon Ball Z Super Butouden, con 10 personajes elegibles (ampliable vía truco), llegando hasta el final de la saga Cell. El innovador sistema Split Screen , que partía en dos la pantalla, permitía recrear los combates de la serie con una fidelidad nunca antes vista en un juego de Dragon Ball, pudiendo volar, ponernos a largas distancias de nuestro contrincante, lanzar ondas de energía… Una gozada para la época, vamos. Ese mismo año, en Septiembre, lo teníamos en España (siendo con Francia los únicos dos países afortunados) donde fue un auténtico Boom.
A finales de ese mismo año aparecía en Japón Dragon Ball Z Super Butouden 2, la flamante continuación del exitoso juego de pelea. Con un remozado e infinitamente mejorado apartado gráfico, personajes más fieles a la serie y un gran despliegue de auras y efectos, DBZ2 era un juego de lo más puntero para su época, dejando en pañales a su predecesor. A diferencia del primer juego, donde el modo Historia se limitaba a un pergamino que nos narraba la historia por encima y unos cuantos combates, en este nuevo juego gozábamos de un modo mucho más elaborado, estilo novela gráfica, y con escenas cinemáticas muy elaboradas. La historia empezaba en la cúspide de la saga Cell, para luego expandirse con los hechos de las películas “Los Guerreros de Plata” y “Batalla Ardiente”, de manera algo libre, eso sí. Dependiendo de nuestras decisiones, podíamos desbloquear nuevas escenas -normalmente había que ser fiel a los hechos acontecidos en el manga/serie de TV-.
Bandai había dejado el listón muy alto, pero la fiebre por la serie seguía en aumento y consideraron que era “ahora o nunca”, sacando una nueva secuela en 1994, esta vez basada en el inicio de la saga de Boo. Dragon Ball Z Super Butouden 3 (Ultime Menace en nuestro país) seguía los patrones estéticos y jugables de la segunda entrega, pero con un acabado mucho menos depurado, debido seguramente a las prisas de Bandai por seguir explotando la franquicia. El juego en sí no estaba mal, ya que era vistoso y jugable, pero no tenía modo historia, hecho que nos limitaba a hacer combates y torneos, acortando la vida del juego notablemente. Recuerdo escuchar rumores en el colegio de trucos para desbloquear un supuesto modo historia o incluso a Gotenks, pero a estas alturas ya debéis saber que eran eso: simple rumores. DBZ3 dejaba en evidencia la dejadez de sus programadores con pequeños fallos gráficos y sonoros que quizás no se hubieran notado tanto si su predecesor no hubiera sido tan rematadamente redondo.
Tuvimos que esperar hasta 1995 para disfrutar de una nueva entrega de esta saga (en Super Nintendo apareció en 1996 el buenísimo e infravalorado DBZ Hyper Dimension, que como no es exactamente de esta ‘saga’ no lo incluiré), esta vez en la flamante Sega Saturn. El juego se trataba de una especie de port del paupérrimo DBZ Ultimate Battle 22de PlayStation, cambiando su absurdo sistema de lucha por el clásico con pantalla partida, mejorando hasta tal punto que parecen juegos diferentes. Y de hecho lo son. Disponíamos de la impresionante cifra de 27 personajes jugables realizados por el staff responsable de la serie de animación, y la calidad CD se dejaba notar en la genial música y los detallados escenarios. Además, disponíamos de dos planos de acción, pudiendo pasar de uno a otro golpeando a nuestro adversario en unos determinados escenarios. Comentar que esta entrega tiene mucho en común con la versión de Mega Drive, y comparten elementos como algunas canciones o el hecho de poder devolver las ondas de energía lanzando a su vez otra, característica exclusiva del DBZ de la 16 bits de Sega, que repite en su hermana mayor. Por contra, se pierde la siempre divertida confrontación de ondas. Dragon Ball Z Shin Butouden posee varios modos de juego, entre los que destaca el modo Mr. Satan, un curioso y desternillante modo donde, tomando la identidad de Satan, deberemos apostar por un luchador y presenciar un combate entre la CPU, pudiendo adulterarlo lanzando cáscaras de plátano al ring y molestando al rival del mil maneras, al más puro estilo Mr. Satan. El objetivo es reunir el máximo de dinero posible para pagar la deuda a A-18, que como recordaréis amenaza con acabar con el campeón mundial si este no le abona lo acordado por dejarse ganar en el Gran Torneo de las Artes Marciales. Esta entrega es, junto a DBZ SB2, el mejor y más completo juego de la saga, quedando inédito en Occidente, de manera completamente incomprensible
Para sorpresa de muchos, esta saga tuvo una nueva entrega en 2011, para Nintendo DS. Se trata de Dragon Ball Kai Ultimate Butouden, un arcade de lucha en 3D basado en el remake en alta definición de DBZ, que se acerca más a la saga Budokai que a la que nos ocupa, pero debido a que es un Butouden no podía obviarlo. El juego está bastante bien dentro de las limitaciones de la máquina pero por desgracia y por extraño que parezca, se ha quedado en el país del Sol Naciente. Una pena porque es un juego más que decente, cuando aquí nos hemos tenido que tragar las infumables americanadas de Atari, especialmente para Game Boy Advance. Para rematar, por si habíais pensando en comprarlo de importación, hay que apuntar que es un juego buscadísimo y que no baja de los 80 dólares en cualquier web de subastas. En fin, hay veces en que es imposible entender las decisiones de ciertas compañías a la hora de traer algunos juegos. Para acabar, solo espero que os haya entretenido este pequeño repaso a esta mítica serie de juegos basados en el universo de Goku y compañía, que tanto nos animaron las tardes durante nuestra infancia.
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